Oscar Alfaro era docente rural cuando lo detuvieron. Sobreviviente de aquella noche trágica, estuvo presente durante la jornada en la marcha de Plaza Belgrano. Recordó su historia para Jujuy al Momento.
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Fue el 20 de julio cuando ocurrió este operativo montado por Gendarmería, la Policía, el Ejército y particularmente gente de las fuerzas de seguridad del Ingenio de Ledesma.
Alfaro cree que fue el primer detenido esa noche, o al menos uno de los primeros.
Yo creo que dijeron ‘A partir del centro de operaciones los vamos agarrando y yo vivía a tres cuadras de la comisaría. Creo que fui el primero al que agarraron.
Yo trabajaba como maestro en el Lote Libertad, enseñando a los hijos de los zafreros, de la gente que llevaban para levantar la cosecha de caña. Estudiaba en Tucumán y por la situación difícil en la provincia tuve que venirme a Ledesma. Los que éramos militantes estudiantiles, universitarios y militantes políticos, la estábamos pasando mal y por eso me vine. Yo trabajaba en el lote y tenia alumnos particulares.
Cuando me sacan de la casa a los golpes, con todo lo que significó entrar a una vivienda con tanta violencia, hacia mí, mis padres y hasta a mi hermanito de catorce de años, veo afuera una camioneta de la Empresa Ledesma inconfundible. Recibí un culatazo, me vendaron, amordazaron, ataron las manos en la espalda y me subieron a la camioneta. Hicimos unas dos cuadras y lo levantaron a Jony Vargas que es uno de los desaparecidos. Luego nos llevaron a la comisaría del pueblo. En ese entonces el pueblo pertenecía al ingenio, que construyó las viviendas para sus trabajadores. Es ahí donde nos llevan. Antes de que entremos un policía sale y dice ‘a estos hay que llevarlos al lado’ porque parece que tenían una lista de donde había que destinar a cada uno. Nos llevaron al destacamento de Gendarmería. Me metieron en una oficina con toda la violencia del caso, los gritos, las puteadas, los golpes y me dejaron solo durante cinco minutos. Cuando me golpeaban yo gritaba para saber si estaba mi hermano y el hacía lo mismo para que supiera que estaba él. Esto duró hasta eso de las cuatro de la mañana, supongo. Después me llevaron al campo de secuestro, tortura y extermino de Guerrero. Los que no salieron de allí desaparecieron.
Dos semanas después nos trasladaron al Penal de Gorriti, pero los que no bajaron son los que desaparecieron. Ahí estuve un mes con otros detenidos y en un avión Hércules de la Fuerza Aérea nos trasladaron a la Unidad 9 de La Plata. Ahí estuve con el Dr. Luis Aredes y Avelino Bazán.
A mí no me dieron la libertad sino que me expulsaron del país. Salí al exilio un año después. En la cárcel tomamos contacto con gente de Amnistía Internacional, de la Cruz Roja y el alto comisionado de las Naciones Unidos y ellos pidieron por nosotros. Yo fui a Noruega porque también recibieron a mi hermano que había quedado en libertad junto con Aredes. Al estar en Libertad ni Francia ni Australia le quisieron dar visa. Noruega dijo los llevamos a los dos y por eso fuimos para allá.
Nosotros tenemos contabilizados tres apagones: el 20, 23 y 27 de julio. Calculamos que la primera noche fuimos detenidas unas 250 personas.
Hoy es un día que hemos estado esperando durante muchos años. Dicen que la Justicia es lenta pero llega. A nosotros nos tardó bastante pero pareciera que llegó. Hay policías presos y ahora estamos con las indagatorias a Lemos y Blaquier.
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